jueves, 23 de abril de 2015

"Si la cabeza cortada, que, como una piedra más, rueda hacia el mar por la empinada ladera pedregosa, acelerándos en rebotes cada vez más largos, pudiese, antes de ahogar su voz en el fragor y en la espuma de las olas que han de estrellarla contra el acantilado, gritar el nombre de la amada, no cabe duda de que lo gritaría, sin acerse cuestión de la inutilidad de malgastar así su aliento postrimero."

Rafael Sánchez Ferlosio, Campo de retamas. Pecios reunidos; Literatura Random House, 2015, p. 114.

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